La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) tiene a cargo la construcción del reactor de producción de radioisótopos, -ya avanzó más del 30%- uno de los proyectos vigentes más destacados del mundo en materia de producción de radioisótopos e investigación científica ligada a la tecnología nuclear.

El reactor multipropósito RA-10 que construye la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), uno de los proyectos vigentes más destacados del mundo en materia de producción de radioisótopos e investigación científica ligada a la tecnología nuclear, se encuentra avanzado en más de 30% y se prevé su puesta en marcha hacia 2020.

Con este proyecto la Argentina busca ampliar las capacidades actuales (hoy concentradas en el reactor RA-3, ubicado en el Centro Atómico Ezeiza) de producción de radioisótopos destinados a técnicas de diagnóstico de enfermedades y a tratamientos de alta complejidad, dijeron a Télam fuentes del organismo.

Se prevé así acumular desarrollo tecnológico en el campo de los combustibles y materiales nucleares mediante instalaciones de irradiación adecuadas que permitan incrementar la experiencia que el país tiene en el área y expandir la oferta de servicios a los mercados regional y mundial.

El área de implantación del reactor en la localidad bonaerense de Ezeiza abarca 3,85 hectáreas y la superficie total a construir en planta es de 7.632 metros cuadrados.

El emprendimiento -que se suma al de la nueva central nuclear Atucha III y al reactor nuclear modular Carem, entre otros proyectos- involucra a gran cantidad de áreas científicas, de ingeniería y administrativas.

Entre ellas, los sectores abocados a tareas legales, de vinculación con la sociedad, análisis ambiental, soporte tecnológico, relaciones con organismos e instituciones de otros países y formación del personal que operará las instalaciones.

En la etapa de desarrollo de la ingeniería básica se identificaron intereses comunes con un proyecto de similares características que lleva adelante Brasil -el RMB-, lo que dio lugar a la implementación de actividades conjuntas en el marco de la cooperación nuclear entre ambos países.

El avance en la construcción del reactor incluyó la finalización de la etapa de diseño e ingeniería, que se llevó a cabo en el Centro Atómico Bariloche; la firma del contrato para la obra civil; el inicio del contrato para fabricación y montaje; y la obtención del certificado de aptitud ambiental.

También se libraron las órdenes de compra de las piletas del reactor, tanques auxiliares y bombas del sistema primario; la excavación del edificio del RA-10; y el licenciamiento del primer grupo de profesionales que integrarán el plantel de la operación.

El reactor tendrá una instalación multipropósito -producción de radioisótopos, irradiación de materiales y combustibles, haces de neutrones y producción de silicio- con una potencia de 30 Mw y un ciclo de operación continuo de 26 días.

En los últimos días la CNEA inició un ciclo de visitas al sitio donde se está levantando la obra civil, el obrador y las áreas de arquitectura e ingeniería.

El primer contingente de visitantes estuvo formado por miembros de las gerencias de la Comisión Nacional en las áreas de Administración y Finanzas, Gestión Ambiental, de Asuntos Jurídicos, y de Tecnología de la Información y las Comunicaciones.

¿Qué son los radioisótopos?

Las radiaciones son partículas u ondas que se propagan a la distancia desde una fuente que las emite. Están presentes en toda la tierra, en las plantas, en los alimentos y en nuestro propio cuerpo. También nos llegan desde el espacio. El ciclo del agua y la fotosíntesis de las plantas, por ejemplo, son posibles gracias a la radiación que llega desde el Sol.
En ese sentido, los radioisótopos son elementos (isótopos) que emiten radiación y que son utilizados con distintos fines.
Cada uno de esos isótopos tiene distintas características propias, como el tipo de radiación que emite (alfa, beta, gamma) y el período de semi-desintegración, entre otras.Aplicados en el área de la salud, los radioisótopos tienen dos usos fundamentales:

Diagnóstico
Se usan los isótopos radiactivos de elementos como el Carbono, el Iodo y el Molibdeno para conocer el funcionamiento de determinados órganos. Se los denomina “trazadores”.
Luego de ser administradas al paciente –por vía oral o endovenosa–, generan un contraste que permite la obtención de una serie de imágenes con cámara gamma o tomógrafo por emisión de positrones (PET).
Las principales aplicaciones de estas técnicas están relacionadas con la detección del cáncer en tiroides, hígado, vesícula, intestinos, corazón y pulmón, entre otros. Ver más

Tratamiento
Las radiaciones ionizantes se utilizan para destruir lesiones cancerosas. Para ello, se expone el tumor a dosis procedentes de fuentes de radiactividad externas (equipos de rayos X, radioterapia con fuente de cobalto-60) o internas (braquiterapia, radioterapia metabólica). Ver más

Breve reseña histórica
Desde su creación en 1950, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) ha puesto especial atención en las actividades relacionadas con la producción de radioisótopos, radiaciones ionizantes y sus aplicaciones en el campo de la Medicina Nuclear.

Con la instalación de un acelerador Cockroft-Walton y de un sincrociclotrón entre 1953 y 1954, comenzaron en el país las investigaciones en radioquímica dirigidas por el físico alemán Walter Seelmann-Eggebert.

A finales de esa misma década, el grupo de investigadores argentinos que trabajaba bajo las órdenes de Seelmann-Eggebert –quien fuera discípulo de Otto Hahn, descubridor de la fisión nuclear– publicó un total de 20 nuevos radioisótopos.

La construcción de los reactores RA-3 y la Planta de Producción de Radioisótopos en el Centro Atómico Ezeiza se completó la infraestructura que permite en la actualidad la provisión de radioisótopos a gran escala.

¿Cómo se producen?
Así como existen elementos radioactivos en la naturaleza, también existen otros que son creados artificialmente por el hombre valiéndose de ciertas técnicas.

Una de ellas consiste en atacar con un haz de partículas un elemento natural denominado blanco durante un cierto tiempo. Ese haz de partículas está formado por “proyectiles” que al impactar sobre los núcleos de los átomos del blanco produce cambios que los transforman en un elemento radioactivo.
Cuando el bombardeo se realiza mediante un acelerador, los “proyectiles” que se obtienen son partículas cargadas. En cambio, cuando se realiza con un Ciclotrón de Producción, se obtienen protones.
En un reactor nuclear, la materia prima empleada es irradiada con neutrones (partículas sub-atómicas que no tienen carga eléctrica).

Para la fabricación de radioisótopos de uso médico, la CNEA cuenta en el Centro Atómico Ezeiza (CAE) con un Ciclotrón y con el Reactor RA-3. Además, dos instalaciones relacionadas: la Planta de Producción de Radioisótopos y la Planta de Producción de Productos de Fisión.

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