Brasil advirtió que puede negar la licencia ambiental en caso de que la petrolera multinacional Total, no ofrezca explicaciones satisfactorias sobre los cuidados que adoptará para explotar petróleo en las concesiones en aguas profundas que se adjudicó en la desembocadura del Amazonas. La advertencia fue hecha en un comunicado por el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama), que hasta ahora se ha negado en tres oportunidades a expedir la licencia ambiental para permitir las operaciones de Total por falta de informaciones.

Explicó  Suely Araújo,  presidenta del órgano de protección ambiental, en un comunicado divulgado por la entidad,  “Como el Ibama ya ha realizado en este proceso para expedir la licencia tres reiteraciones de peticiones de complementación de estudio ambiental, caso el emprendedor no atienda los puntos demandados por el equipo técnico de nuevo, el proceso será archivado”.

El Ibama dijo haber rechazado, por cuestiones pendientes y falta de informaciones, el nuevo estudio de impacto ambiental presentado por Total para poder iniciar sus operaciones de exploración de petróleo en la cuenca de la desembocadura del Amazonas en el océano Atlántico.

Aseguró Araújo en el documento remitido a la petrolera multinacional,  “El modelo de dispersión de petróleo, por ejemplo, no puede dejar cualquier duda sobre sus posibles impactos en el banco de corales y en la biodiversidad marina de forma más amplia”, La presidenta del Ibama también destacó la necesidad de que las actividades petroleras en la región sean contempladas en negociaciones internacionales con Guayana Francesa, Surinam, Guayana y Venezuela por los “potenciales riesgos transfronterizos de la licencia para la perforación marítima” en la región.

Lo que más preocupa al Ibama es con los cuidados que la petrolera adoptará para proteger el arrecife de corales ubicado frente a la desembocadura del río Amazonas, que fue descubierto el año pasado. La valiosa y hasta ahora poca conocida formación de arrecifes, con cerca de 9.500 kilómetros cuadrados, se extiende desde el estado brasileño de Maranhao hasta la Guayana Francesa y forma un arco en el océano Atlántico a unos 100 kilómetros de la desembocadura del Amazonas.

 

La petrolera francesa es el operador y líder de un consorcio, junto con la británica BP y la brasileña Petrobras, que se adjudicó en 2013 los derechos sobre cinco bloques de exploración de petróleo en la desembocadura del Amazonas. Pero el descubrimiento de los corales a pocos kilómetros de una de las áreas que será explorada elevó las exigencias del Ibama para otorgar la licencia ambiental.

Greenpeace lidera desde el año pasado una campaña para presionar a Brasil a que prohíba las actividades petroleras en la desembocadura del Amazonas. El grupo ambientalista divulgó este año las primeras imágenes de los arrecifes en la desembocadura del Amazonas.

Explico Thiago Almeida, líder de la campaña de Energía de Greenpeace en Brasil, “aún poco conocemos ese ecosistema y un derrame puede ser desastroso. Una de las áreas cedidas en concesión (a una petrolera) está a solo ocho kilómetros del arrecife”.

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