Países como Rusia, Arabia Saudita y los miembros de la OPEP informaron el viernes que a partir del 1 de enero achicarán la producción de petróleo en 1,2 millones de barriles diarios hasta el 30 de junio de 2019. La decisión no tardará en provocar la reacción del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que en la previa había pedido que la actividad continuara como hasta ahora. En cambio, el líder de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, agradeció a Vladimir Putin y Mohamed bin Salman por el cambio de estrategia.

La meta de los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados es conseguir que suba el precio internacional del petróleo al bajar 2% la producción diaria de barriles. De conseguirlo, las petroleras podrían trasladar ese costo a los surtidores de las estaciones de servicio. Los miembros de la OPEP deberán recortar en 800 mil barriles su cuota diaria mientras que sus aliados tendrán que bajar los restantes 400 mil. Sin embargo, Venezuela, Libia e Irán, integrantes del primer grupo, quedarán exentos por sus “circunstancias especiales”.

De esta manera el presidente Maduro conseguiría en el primer semestre de 2019 una mayor entrada de divisas al país porque Petróleos de Venezuela (PDVSA) tendría mayor facturación a igual producción que el semestre anterior. “El acuerdo es importante para nuestra economía”, dijo Maduro tras reunirse con Putin en Moscú. La clave estuvo en el pacto entre Rusia y Arabia Saudita, los dos mayores exportadores, que pretenden que el barril vuelva a los 100 dólares. El precio se desplomó a 30 dólares en 2016, luego subió a 85 dólares este octubre y volvió a bajar a 60 dólares en diciembre.

Luego  del anuncio de la OPEP, los mercados no tardaron en reaccionar: el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) subió el viernes 2,2% (u$s52,61) y el futuro de Brent a febrero terminó 2,72% (u$s61,76) arriba en Londres.

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