La empresa mundial de servicios petroleros, Halliburton,  anunció el 23 de abril que decidió deducir de sus cuentas por cobrar la inversión restante de 312 millones de dólares en Venezuela, debido a que la producción de petróleo en ese país continúa desplomándose, pues atraviesa una aguda polarización política y una gran crisis económica.

La decisión tomada por la multinacional se esperaba desde hace mucho tiempo porque la petrolera estatal, Petróleos de Venezuela (PDVSA), desde hace varios años se ha retrasado en el pago de sus adeudos con las empresas que mantienen y operan sus pozos de petróleo y gas.

Francisco Monaldi, experto venezolano en energía de la Universidad Rice, comentó que “Este es un paso más en el colapso de la industria petrolera venezolana porque significa que los contratistas de servicios petroleros, que son absolutamente fundamentales para las operaciones, poco a poco van dejando el país a su suerte”.

En Venezuela, el país con las reservas más grandes del mundo, la producción diaria de crudo, se ha desplomado en 200.000 barriles con respecto a fines del año pasado, lo que representa el nivel más bajo en treinta años. Esa caída ayudó a elevar los precios del petróleo mundial en semanas recientes a más de 70 dólares por barril y ha hecho que los precios de la gasolina en Estados Unidos alcancen su nivel más alto para esta temporada en los últimos tres años.

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