Para el mercado del petróleo, esta será una semana clave. Los países productores de esta codiciada materia prima integrados en la OPEP decidirán el jueves si prolongan más allá de marzo de 2018 el recorte de la producción de crudo vigente desde el pasado enero. Una estrategia que ha permitido elevar el precio del barril de Brent -la referencia en Europa- desde los 40 dólares de hace un año a los 63 dólares que registró el pasado viernes.

Arabia Saudí y Rusia, los dos países que más petróleo producen, estarían de acuerdo en prolongar el recorte de la oferta entre seis y nueve meses más. Es decir, la limitación se mantendría hasta 2019. En cualquier caso, esta estrategia busca estabilizar el precio del barril de crudo alrededor de los 60 dólares. Un coste que supone el doble que el registrado a comienzos de 2016 (el petróleo llegó a desplomarse por debajo de los 30 dólares), pero que todavía está muy lejos de las cifras superiores a los 100 dólares en las que se movió entre 2011 y 2104.

Secretario-General de la OPEP, Mohammad Barkindo durante conferencia de prensa en Vienna, Austria, 7 de Noviembre

Mohammed Barkindo, secretario general de la organización, sugirió hace unos días que la posibilidad de mantener la reducción de oferta es una opción sólida. El acuerdo actual que redujo la producción petrolera en casi 1,8 millones de barriles diarios fue ratificado por 24 países productores, entre ellos los 14 miembros de la OPEP, más otros grandes exportadores como Rusia, México, Azerbaiyán o Malasia.

La estrategia de recortes de la producción que lidera Arabia Saudí busca limitar el impacto que el ‘fracking’ estadounidense ha provocado en el mercado con un exceso de oferta. Para países importadores como España el aumento del precio del petróleo es negativo y afecta a la balanza comercial. De hecho, el déficit exterior se ha disparado un 40% hasta el tercer trimestre de 2017 en gran medida por el encarecimiento de los productos energéticos.

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